Rudolf Rassendyll es un joven y adinerado aristócrata inglés, pelirrojo y con una llamativa nariz puntiaguda, rasgos físicos heredados del desliz que una antepasada suya tuvo con un miembro de la casa real de Ruritania. Lleva una vida disoluta y sin rumbo, y para evitar los insidiosos comentarios de la mujer de su hermano mayor, Rudolf decide viajar a Ruritania para presenciar la coronación del nuevo rey.

Lo que iba a ser un divertido viaje de placer se convierte en una extraordinaria aventura. Rassendyll, cuyo parecido con el futuro rey de Ruritania es notable, tendrá que hacerse pasar por este mientras que el verdadero rey es secuestrado y mantenido prisionero en el castillo de Zenda por su hermanastro, Michael el Negro. La trama se complica cuando Rassendyl conoce a la princesa Flavia, la prometida del verdadero rey, y un flechazo atraviesa sus corazones.

El prisionero de Zenda es un clásico de la novela de aventuras, con duelos a espada, cabalgadas, suplantaciones de identidad, intrigas políticas, trampas, traiciones y, sobre todo, una hermosa historia de amor imposible.

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