Alcázar de Toledo
Usted se encuentra en el Alcázar de Toledo. Le recomendamos que ahora, o tras abandonar el edificio, contemple desde el exterior sus imponentes fachadas.
El Alcázar tiene su origen en una fortaleza construida en la parte más alta de la ciudad, que romanos, visigodos y musulmanes utilizaron como residencia de sus dirigentes. Su nombre se debe a los árabes, que lo llamaron «Al Qasar» (literalmente, «la fortaleza»). Con posterioridad, los reyes cristianos llevaron a cabo numerosas reformas en el edificio, pero fue Carlos I quien, en el siglo XVI, lo convierte en palacio renacentista de grandes dimensiones, gracias al trabajo de los arquitectos Alonso de Covarrubias, Francisco de Villalpando y Juan de Herrera.
Se trata de una gran construcción de forma cuadrangular de 60 metros de lado, enmarcada con cuatro grandes torres de 60 metros de altura, cada una coronada por un chapitel de pizarra. Está labrada en piedra en su totalidad, salvo los entrepaños de la fachada sur, que son de ladrillo. En el interior dispone de un patio central con galerías columnadas formando dos plantas.
Desde su construcción, sufrió varios incendios, que llegaron a destruirlo casi por completo tanto durante la Guerra de Independencia como durante la Guerra Civil Española.
Terminado de reconstruir por última vez en 1960, el Alcázar alberga actualmente una sección del Museo del Ejército y, en su piso superior, la Biblioteca Regional de Castilla-La Mancha.
Más información: https://cultura.castillalamancha.es/patrimonio/catalogo-patrimonio-cultural/alcazar-de-toledo