Henryk Sienkiewicz
Madrid: El Buey Mudo, 2012

Aventuras de dos niños en África

Estasio, un niño de 14 años, y Nel, una niña de 8, se verán embarcados en una inesperada aventura que los llevará a través del desierto, la selva y la sabana. La historia transcurre en las últimas décadas del siglo XIX, en el África colonial, durante la rebelión de El Mahdi y justo después de la derrota de Gordon en Jartum, en 1885. Ambos niños, hijos de ingenieros europeos que trabajan en el Canal de Suez —construido entre 1859 y 1869—, serán secuestrados por partidarios de El Mahdi con la intención de propiciar un intercambio de prisioneros. Así comenzará para ellos un viaje de iniciación y descubrimiento, geográfico y personal. Ni Estasio ni Nel serán los mismos al final de su aventura. En su violento contacto con un mundo que desconocen, alejados de la protección de sus padres, sufrirán un profundo proceso de transformación y madurez, y un abrupto tránsito desde la infancia al cruel mundo de los adultos.

Publicada en 1911, Aventuras de dos niños en África, es una novela de aventuras, más próxima al canon literario del siglo XIX que al del XX. Junto a elementos tradicionales de este género como el viaje, el descubrimiento y el aprendizaje, la ternura que se despliega entre ambos niños es el elemento integrador de todo el relato, y tal vez su rasgo más destacado. Una suerte de salvavidas que garantizará la supervivencia de nuestros protagonistas en un mundo inhóspito. También destaca la moderna presencia de la naturaleza africana, con toda su ferocidad y su belleza salvaje.

Como cualquier texto, este relato es un producto de su época, reflejo de su pensamiento y de sus contradicciones. Aunque es fácil percibir en la novela ideas que a un lector contemporáneo se le pueden antojar caducas y controvertidas, como el choque de culturas visto desde una perspectiva etnocentrista, la misión civilizadora del hombre blanco y del cristianismo, o los tradicionales roles de género asignados a los personajes, estas no lastran un relato trepidante, intenso, y repleto de sensibilidad. Las peripecias de ambos niños, los cuidados que se dispensan mutuamente, la confianza que depositan el uno en el otro, el compromiso generado entre ambos y los sacrificios que tendrán que realizar para sobrevivir, constituyen la espina dorsal de la novela, con el convulso y hermoso continente africano como telón de fondo.

Henryk Sienkiewicz, galardonado en 1905 con el premio Nobel de Literatura y autor de la famosa Quo vadis?, conocía los entresijos de la política europea. Su ferviente nacionalismo polaco —Polonia estaba subyugada en esos momentos por Alemania, Austria-Hungría y Rusia— le hizo mirar con cierta distancia a las grandes potencias europeas, e introducir en este relato una sutil crítica al imperialismo colonial inglés.