Francisco Díez de Velasco elabora con rigor una breve historia de las religiones en esta obra introductoria y de síntesis, útil para estudiantes y lectores curiosos interesados en el devenir histórico del hecho religioso. Desde una perspectiva universalista, intentando no caer en los viejos vicios europeos del etnocentrismo y del religiocentrismo, ofrece en el primer capítulo una definición de la religión y trata de perfilar una serie de conceptos generales, indispensables para encuadrar el fenómeno religioso en toda su complejidad —social, política, económica y cultural—.

En los siguientes capítulos realiza un completo recorrido por la historia de las religiones. Examina las expresiones religiosas de las sociedades preagrícolas, protoagrícolas y preliterarias, deteniéndose en temas como la justificación de la desigualdad a través de las religiones.

Las religiones gentilicias, cívicas y nacionales —la de los celtas, Grecia y Roma, el judaísmo, el madzdeísmo o el sintoísmo, entre otras—, circunscritas a etnias o territorios específicos, constituyen la siguiente parada, para finalizar su repaso histórico con las grandes religiones universalistas como el taoísmo, el hinduismo, el budismo, el jainismo, el sijismo, el cristianismo y el islam, cuya expansión, más allá de fronteras políticas, geográficas y étnicas, han configurado el mundo contemporáneo.

En el último capítulo, el autor ofrece un sucinto panorama del hecho religioso en el mundo actual y reflexiona sobre algunos problemas como el fundamentalismo, el conflicto de algunos códigos morales de naturaleza religiosa con el respeto de los derechos básicos de la persona, la utilización del sentimiento religioso con una finalidad política de corte nacionalista, la pervivencia de las religiones tradicionales y la emergencia de nuevas corrientes espirituales.

En tiempos de enconamientos ideológicos, arraigados prejuicios y fobias religiosas —islamofobia, antisemitismo, cristianofobia—, Hombres, ritos, dioses constituye una buena herramienta para llevar a cabo una aproximación crítica y desprejuiciada a la rica diversidad religiosa, y de esta manera aprender y valorar nuestra propia tradición, conocer y comprender otras propuestas, y contribuir a una educación basada en el respeto a la diferencia y en la tolerancia al otro.