Wernher von Braun tuvo un sueño desde que era niño: quería hacer cohetes que fueran a la luna. Cuando se convirtió en adulto, nada se interpuso entre ese sueño y él. Sirvió a los nazis y se convirtió en miembro de las SS. No se puede afirmar que profesara su ideología, pero tampoco la cuestionó. Estaba dispuesto a vender su alma al diablo para conseguir sus objetivos. Trabajador incansable y perfeccionista, él mismo elegía a los prisioneros con conocimientos técnicos para que le ayudaran.

Al terminar la guerra buscó un país en el que refugiarse y continuar el trabajo iniciado en Alemania. La Operación Paperclip, aprobada secretamente por Truman, se encargó de reclutar a científicos que habían participado en el programa llamado “Armas Maravillosas del Tercer Reich”, y de limpiar su nombre. El talento de von Braun es imprescindible para situar a Estados Unidos en el primer puesto de la carrera espacial. La factoría Disney acrecentó su popularidad. En julio de 1969, en la era Nixon, el hombre pisaba la luna por primera vez gracias al trabajo de von Braun, responsable del diseño del cohete Saturno V. Su sueño se había hecho realidad.

Bajo ese sueño yacen sepultadas las vidas de miles de personas, aquellas que murieron en los campos de concentración y en las ciudades arrasadas por los misiles que creó. Nacho Golfe y Dani Peña cuentan la historia de Wernher von Braun, la pública y notoria, y la que fue silenciada cuando los americanos entraron en Berlín en 1945. Completa el cómic un breve apéndice histórico que nos ayudan a dimensionar la tragedia que supuso la Segunda Guerra Mundial y la compleja biografía de un científico brillante y sin escrúpulos.