Sala Buero Vallejo

Antonio Buero Vallejo (1916-2000), dramaturgo universal, residió habitualmente en Madrid, aunque siempre permaneció ligado a su Guadalajara natal, donde pasó casi toda su infancia y adolescencia. Su tierra le ha reconocido su enorme labor literaria y su talla humana en numerosas ocasiones:

En 1985 el Ayuntamiento de Guadalajara crea el Premio de Teatro Antonio Buero Vallejo. En 1987, es nombrado Hijo Predilecto de Guadalajara, y se le entrega la Medalla de Oro de la ciudad.

En 1988 recibe la Medalla de Oro de Castilla-La Mancha, otorgada por el Gobierno Regional (Decreto 71/1988, de 31 de mayo) y en 1997 la Medalla de la Universidad de Castilla-La Mancha y la Medalla de Oro de la provincia de Guadalajara.

Tras su fallecimiento en abril de 2000, la Junta de Comunidades y la Fundación Cultura y Deporte de Castilla-La Mancha organizaron un homenaje a su figura con la lectura dramatizada Antonio Buero Vallejo: La realidad iluminada, que entre septiembre y noviembre de ese año se representó en diversos teatros y auditorios de la región.

En diciembre de 2002 se inauguró el nuevo Teatro Auditorio de Guadalajara, con el escenario más grande de la región, con el nombre de “Teatro Antonio Buero Vallejo”.

La Biblioteca de Castilla-La Mancha, se suma a estos reconocimientos, y para fomentar la difusión, estudio e investigación del autor y su obra, inaugura la Sala “Antonio Buero Vallejo”, donde se custodiará la colección de libros y revistas de teatro de la biblioteca privada de Antonio Buero, cedida a la Consejería de Educación y Cultura de Castilla-La Mancha por los herederos del autor.

Esta colección, con más de 2.500 obras, estará disponible para su consulta en la Biblioteca de Castilla-La Mancha para todos los investigadores y personas interesadas, y se complementa con una bibliografía exhaustiva sobre este autor.

Antonio Buero Vallejo nace en Guadalajara en 1916, donde reside hasta 1934, año en que su familia se traslada a Madrid. Allí ingresa en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando donde cultiva su temprana afición a la pintura. El estallido de la Guerra Civil española interrumpe sus estudios, combate del lado republicano y, terminada la contienda, es condenado a muerte, aunque se le conmuta la pena por la de cadena perpetua y permanece encarcelado durante casi siete años.

Recuperada la libertad, su afición pictórica va dejando paso a la literaria, dedicándose de pleno a la creación dramática. En 1949 estrena Historia de una escalera, que tuvo una excelente acogida por la crítica y el público y con la que obtuvo el premio Lope de Vega, a la que siguieron En la ardiente oscuridad (1950); Las Meninas (1956); Hoy es fiesta (1957) ; El concierto de San Ovidio (1962); El tragaluz (1967); Música cercana (1989), entre otras.

Su teatro supone una renovación de la escena española en la posguerra, debido a su calidad literaria y dramática. Entre sus casi treinta obras teatrales tiene algunos dramas sobre personajes históricos: Un soñador para un pueblo, de 1958, presenta a Esquilache; Las meninas, de 1960, a Velázquez; El sueño de la razón, de 1970, a Goya; y La detonación, de 1977, a Mariano José de Larra.

Miembro de la Real Academia Española desde 1971, ha recibido importantes galardones, entre los que destacan el Premio Cervantes de 1986; el Nacional de Teatro en dos ocasiones, en 1957 y 1958; la Medalla al Mérito de las Bellas Artes, en 1993, y el Premio Nacional de las Letras, en 1996.