Entrevistamos a la escritora Macarena Alonso

Macarena Alonso es una escritora toledana muy querida y reconocida en la ciudad tanto por su implicación en temas sociales como por su labor literaria.

Su primera novela El paraíso de las mujeres perdidas (Editorial Ledoria) surge de la experiencia de trabajar directamente con mujeres víctimas de violencia de género y del impacto que esto le produce.

Después publicaría la novela El rostro dormido en el espejo, una historia de vidas cautivas que esconden un gran misterio, y el poemario Cicatrices de esperanza.

También ha colaborado con revistas como Hermes y Cuatro Calles y ha participado en numerosos recitales poéticos.

¿Qué libro o libros te han gustado más últimamente? ¿Por qué?

De los libros que he leído últimamente destacaría varios: Lluvia fina, de Luis Landero, A corazón abierto, de Elvira Lindo, Un océano para llegar a ti, de Sandra Barneda y La Madre, de Fiona Barton. Todos ellos son historias familiares, un cruce de caminos de emociones y relaciones que incluyen personajes sencillos pero complejos psicológicamente, sobre los que planean las miserias y servidumbres humanas, conflictos, amores, traiciones y que dibujan el entramado de un mapa de afectos y desafectos nacidos de la vida misma. Además destacaría su fluidez narrativa y una prosa excelente y muy cuidada donde el disfrute de la palabra es tan destacable e importante como la historia en sí misma.

¿Qué género literario prefieres leer habitualmente?

El género literario que más leo es la novela, seguida de la poesía, aunque no son los únicos. Y dentro de estos exploro todo tipo de subgéneros. Lo que busco de un libro es que me emocione y me deje huella, que se quede a formar parte de mí y de mi equipaje literario, independientemente del tiempo que transcurra.

¿Quién o quiénes son tus autores o autoras preferidos?

Tengo una larga recopilación dependiendo de mis etapas vitales. En mi infancia mis autores preferidos fueron los hermanos Grimm, Andersen, Gloria Fuertes. Uno de los autores que marcó mi adolescencia y que ha influido enormemente en algunas de mis novelas es Torcuato Luca de Tena, al cual descubrí en aquellos años gracias a mi padre, ávido lector. También grandes clásicos como Lope de Vega, Moliere, Charles Dickens, Edgar Allan Poes, Miguel Delibes, a quien estoy releyendo, Mary Shelley, Gustavo Adolfo Bérquer, Miguel Hernández, Antonio Machado, Rosalía de Castro, que llegaron en mis años de colegio e instituto, y un largo etc. En la actualidad destacaría a Luis Landero, Chufo LLorens, Almudena Grandes, Rosa Montero, Ángel González, María Luisa Mora Alameda y unos cuantos más que se quedan en el tintero, la lista sería demasiado larga. Todas sus lecturas me han dejado una gran impronta y de todos ellos y ellas me he nutrido.

Háblanos de tu último libro publicado…

Mi último libro publicado ha sido un poemario, Cicatrices de Esperanza, de Editorial Ledoria. Para mí la poesía es la más pura emoción hecha palabra. Por ello, cuando comencé a escribir este poemario me limité a dejar que mi alma se abriera en canal y vociferara su sentir en cada poema. Permití que se expresara con su lenguaje particular, el de la emoción, el más hermoso de todos los lenguajes. Abandoné las sombras y me adentré en la luz en un viaje de reconstrucción personal para después observar también a los otros, leer en sus corazones y susurrarles desde el mío. Es un compendio de 40 poemas divididos en siete partes, según su temática. Incluye también siete magníficas ilustraciones a color de la ilustradora María Cruz Ávila Paniagua y un archivo digital que contiene 11 de estos poemas grabados con mi voz y con música.

¿Estás trabajando en algún nuevo proyecto literario?

En el próximo mes de marzo se publicará mi última novela, titulada Camila, de editorial Ledoria, que ha obtenido el galardón de Finalista del Premio de Novela Ateneo de Sevilla 2020.  Es una secuela de mi novela El rostro dormido en el espejo (Editorial Ledoria), aunque son obras que se pueden leer por separado. Camila está basada en una historia real que llegó a mí de un modo sorprendente. Ha sido construida sobre los cimientos de un personaje enigmático y resiliente, con tal fuerza vital, tal magnetismo, que me conquistó desde el primer momento, al igual que su historia. Espero que también conquiste a los lectores y lectoras. Conoceremos a Camila a través de una serie de objetos encontrados en el doble fondo del cajón de un escritorio: fotografías antiguas, misteriosas cartas, páginas arrancadas de un viejo diario… Y a través de distintos enclaves, como el Domus Aurea, Santa María de Melque, el Castillo de Montalbán, la plaza del Seco, el callejón del Locum… Todo ello jaspeado por la presencia de la Orden Secreta del Temple, que se cuela entre sus páginas.

Actualmente, aparte de dar los últimos toques a la maquetación de Camila, estoy trabajando en una nueva novela que indaga en el mundo de la discapacidad.

¿Qué te inspira para escribir?

La propia vida es mi fuente de inspiración, como para todos los escritores y escritoras.  La realidad, en la mayoría de los casos, supera a la ficción y nos ofrece recursos inagotables para crear. Buceo en el universo femenino, hasta ahora mis personajes principales han sido y son mujeres, pero lo que más me atrae a la hora de escribir es indagar en el mundo de las emociones humanas, ellas son las que nos rigen en gran medida, ellas nos hacen disfrutar los momentos más intensos o nos llevan a las mayores catástrofes. También me inspira la naturaleza en todo su conjunto, la soledad, hasta los propios sueños. Y, por supuesto, no puedo olvidar el bagaje que me han proporcionado todas mis lecturas y que tanto me enseñan y guían.

¿Cómo puede la literatura ayudar en estos difíciles momentos?

Para mí, como escritora, la literatura es un cálido refugio, un impulso, una terapia. Me encuentro conmigo misma en cada uno de los personajes de mis novelas o en cada uno de los versos de mis poemas. Es un ejercicio de libertad plena. También es un compromiso moral con la sociedad. Me ayudo y trato de ayudar de la mano de mi literatura.

Como lectora, la literatura es entretenimiento, descubrimiento, un ejercicio de evasión, el disfrute de vivir otras vidas, ajenas a la nuestra, fuera de la difícil y cruda realidad que se nos plantea a veces. En cuanto a la narrativa, nos ayuda porque es interconexión entre los seres humanos por medio de la emoción y de las distintas experiencias de sus personajes. Por lo que respecta a la poesía, la magia que habita en ella entrelaza y sana las almas.

La lectura es una gran alternativa en estos tiempos complicados de dolor y reclusión.