Canción dulce
Canción dulce es el Premio Goncourt 2016. Su autora, Leïla Slimani, con su segunda novela, nos introduce en la casa de una joven pareja parisina. Con dos niños pequeños y carreras profesionales despegando, buscan una niñera. Las vidas de los cinco personajes, amalgamados por afectos y conflictos cotidianos, confluirán como las aguas de un río y, de igual modo, recorrerán mansas llanuras hasta precipitarse hacia un océano profundo y desconocido.
Con un estilo efectivo y sin más artificios que mostrar el fin de la historia en las dos primeras páginas, la novela, brutal y a la vez sencillamente narrada, invita a la reflexión. Pequeños dilemas morales, la indiferencia e incomprensión de la época actual o el impacto de las desigualdades sociales, se irán desgranando a lo largo de sus páginas. La autora nos enfrenta a situaciones no del todo ajenas. De forma velada propone una revisión de valores. Por otro lado, y en primer plano, una vida que se desintegra bajo la apariencia de una sosegada normalidad, las exigencias del día a día para una familia en la vorágine del trabajo fuera de casa y un desenlace que, aunque conocido de antemano, nos dejará sin aliento.
Finalmente cabe destacar la precisión de Cabaret Voltaire a la hora de elegir la imagen de la cubierta. Tras la lectura de la novela nada de esa imagen doméstica nos parecerá lo mismo.