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¿Puede el estado de ánimo condicionar nuestra salud? ¿Hasta qué punto la actitud que adoptamos frente a las adversidades repercute en nuestro bienestar físico? ¿Tiene alguna ventaja el optimismo frente al pesimismo?
Cuando terminó la II Guerra Mundial, mucha gente pensó que el fascismo había llegado a su fin. Europa iniciaba una nueva era de prosperidad ilimitada e incomparable. La ciencia, la técnica y la sociedad de consumo auguraban un futuro esplendoroso para el viejo continente. Sin embargo, el fascismo sobrevivió en un estado de latencia, aguardando una nueva oportunidad, afilando sus desgastadas garras y colmillos. Y en un mundo que cambia de manera vertiginosa, donde la velocidad se ha convertido en un valor absoluto, ocasiones no le iban a faltar.
La idea de Dios está íntimamente ligada a nuestra especie. Más allá de las creencias individuales, el concepto de Dios y sus representaciones se han ido nutriendo de la imaginación y la creatividad humana, las cuales ha ido modulando y dando forma a una entidad que ha ido evolucionando y cambiando a lo largo del tiempo.
El mundo islámico y oriente, especialmente China, fueron las culturas dominantes desde la caída del Imperio Romano hasta el año 1500 aproximadamente. Su ciencia, sus ejércitos, sus ciudades hacían empalidecer a la ciencia, los ejércitos y las ciudades de Occidente. Pero el mundo comenzó a cambiar entre finales del siglo XV y principios del siglo XVI.